jueves, 17 de noviembre de 2011

La ESCUELA TRADICIONAL Y ACTUAL

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDOGOGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
SUBDIRECCION DE INVESTIGACION Y POSTGRADO
COORDINACIÓN GENERAL DE ESTUDIOS DE POSTGRADO














PARTICIPANTES
FACILITADORA
MSC. MAGDALENA PALMA. MORAVIA ROJAS






Upata, Noviembre 2011
Hablar de la escuela tradicional hace que me remonte unos cuantos años atrás, donde la mayoría de mis recuerdos como estudiantes están lleno de nostalgia.
La escuela tradicional, se puede decir, que en un 99% porciento el aprendizaje era memorístico y repetitivo (aprendizaje conductista), muchas veces se daba bajo la presión y amenaza del maestro. El alumno, debía obedecer y realizar fielmente lo que se le indicara, en caso contrario, era castigado y humillado: se le daba tablazos o reglazos y también se les arrodillaba utilizando granitos de arroz o maíz y en caso más severo hasta tapas de refresco ¡de la que me salve! La mayoría de los maestros se limitaban a dar sus clases utilizando la pizarra y sus tizas, no había el interés de desarrollar las clases utilizando estrategias o material de apoyo para hacerlas mas amenas y que llegaran más al alumno, eso no importaba, lo principal era dar mucho contenidos, lo que hacia que el estudiante hasta se “fatigara” de tanto escribir. ¡Ah! Y para mandar tareas eran extremista, al niño casi ni tiempo le daba de jugar en casa y Dios libre no las hicieras completa, en la escuela te castigaba el maestro, pero en la casa te daban tus correazos, aunque recuerdo que varios padres ni esperaban llegar a casa, allí mismo en la escuela le pegaban a sus muchachos y nadie se metía porque ese era el derecho de ser padre, pobrecito de aquellos que pasaron por eso. Pero lo que si es verdad, es que se aprendía bajo amenazas, castigo o maltrato, lo digo por experiencia mis bases en primaria fueron tan buenas que en secundaria no tuve ningún problema en mi desempeño, ¡claro pasaba muchas horas de estudio! y siempre con la amenaza de mi madre ¡ojalá me llamen de la escuela!, o en caso del liceo ¡ojalá te quede alguna materia!
El maestro, era la máxima figura, era una persona que en vez de inspirar amor y confianza lo que inspiraba era miedo y temor, caso contrario con el alumno era sumiso, callado, acataba las normas sin objetar nada y sin contrariar a su maestro. Aunque en mi caso ¡gracias a Dios! Tuve los mejores maestros aunque llenaban las pizarras y eran exigentes nunca me sentí maltratada, lo contrario, recuerdo que cuando mi madre iba a buscar boletas la felicitaban, supongo que ser buena estudiante me dio la ventaja de no pasar por estas situaciones. Pero actualmente si vemos a nuestros maestros lo saludamos de la misma forma que antes con un respeto y gran admiración, muchos expresan lo siguiente ¡ese era mi maestro, aunque me dio mis tablazos me enseño bastante!
En la educación tradicional, se transmitía los valores de responsabilidad, respeto, honestidad, cuidar, valorar los símbolos patrios y a nuestros héroes; por ejemplo cuando se cantaba el Himno Nacional todos tenían que formar derechito y donde estuviera a pararse firme, se cantaba con mucha energía y yo diría que hasta con sentido de patriotismo; y al hablar de los libertadores eran personas casi como un Dios, por ejemplo Simón Bolívar era nuestro héroe casi superman, que todo lo pudo y no tenia defecto.
Pero, cuando hablamos de la educación actual, podemos observar el cambio radical que tuvo la escuela tradicional para dar paso a la escuela actual. Gracias a los estudios realizados por psicólogos y estudiosos de la conducta humana se a podido mejorar el papel que desempeña el docente y el alumno. Estos fundamentos teóricos y orientaciones han reorientado la estructura del sistema educativo y han roto ese patrón del conductismo; ya que éstas han permitido el estudio de la conducta de los seres humanos desde la etapa prenatal hasta la etapa adulta.
En la escuela emergente, el alumno pasa a ser el centro del proceso de aprendizaje y el maestro el facilitador y guía para que este logre un aprendizaje significativo; ya esa manera de imponer desaparece, logrando que el docente sea más humanista y más amoroso, donde el niño se sienta en un ambiente más agradable que lo incentive a construir su propio aprendizaje, esto utilizando estrategias y técnicas que permitan el mejor desenvolmiento del alumno en clase.
En la escuela actual todos los entes que la integran deben garantizar la formación de un ciudadano: reflexivo, amoroso, respetuoso, obediente, responsable; es decir con los valores bien fortalecidos; ya que estos son primordial para promover una sociedad libre de antivalores.

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